En el Perú ha existido desde siglos el deseo de explotar las riquezas existentes de la inmensa Cuenca Amazónica. Una conclusión lógica al respecto ha sido el Proyecto para prolongar el ferrocarril de Lima a Cerro de Pasco que pasaba por Ticlio, el paso del ferrocarril más alto del mundo que se construyó entre los años 1845 al 51, hasta Pucallpa el primer puerto fluvial.
La enorme importancia de las minas en los
Andes es subrayada con el hecho de que en los años 1788–1810, varias
comisiones de mineros alemanes se encontraban en Peru y Bolivia.
En el año 1854 vinieron las primeras 15 familias de alemanes para la mina Morococha y después siguieron otros.
Con esto se tendría una conexión directa de Lima al Atlántico y con esto también a Europa y la costa oriental de Estados Unidos.
Desde 1824 había una exitosa inmigración de
europeos a Brasil, con este fin se planeaba la emigración de 10
000 campesinos alemanes, austriacos y suizos. Estos, desde su
asentamiento en la selva, debían abastecer las cuadrillas de
trabajadores, porque estos primeramente tenían que construir la
carretera completando con el ferrocarril a Pucallpa.
El momento fue muy propicio para esta grandiosa idea. El gobierno se habría enriquecido con la comercialización del guano y podía ofrecer buenas condiciones a los inmigrantes; de otro lado la situación de la mayoría de los campesinos europeos era bastante triste.
En las familias campesinas de muchos hijos
sólo uno podía heredar la casa y las tierras. Los otros estaban
obligados a buscar empleo como sirvientes en la ciudad con un salario
mínimo. Como consecuencia de ésto, tampoco podían conseguir el permiso
de la policía para casarse.
Un joven trotamundo, Kuno Damián Schütz Holzhausen, logro un contrato con el Mariscal Ramón Castilla, entonces Presidente del Perú, según el cual el gobierno se comprometió pagar a los inmigrantes el viaje al Perú, construir un camino al Valle Prometido y darles abastecimiento hasta la primera cosecha.
Además recibieron una gratificación de 15 talares españoles que tenían que ser devueltas aproximadamente en 5 años. El gobierno aseguró las acémilas para el transporte. Una vez en el Valle, a cada familia le dieron 100 morgen y a los solteros 60 morgen.
El gobierno ofreció a cada agente, con Decreto 17-11-1849, 30 talares para cada persona que iban a traer al Perú. Esto tenía como consecuencia que un agente inescrupuloso, Antolín Rudolfo, contrató albañiles, carpinteros, herreros, mineros y después los hizo trabajar por míseros salarios en las haciendas. Ellos vinieron al Perú en los vapores Pauline, Ohio, Mississippi, Julio, en el año 1851.
Es lógico que los diarios hablaron en forma
negativa de este escándalo y esto dificultó mucho la labor del Baron que
consiguió 200 tiroleses y 100 alemanes. Es comprensible que
bajo estas
condiciones reinantes en los países alpinos y de Renania muchos
campesinos jóvenes aceptaron la interesante oferta, para ellos la única
posibilidad de conseguir un pedazo de tierra y tener mucha familia. Los
acompañó el Padre Überlinger y el Capellán Josef Egg. Los conquistadores
buscaron oro en el Perú y ellos solamente un pedazo de tierra donde
vivir. En Amberes se embarcaron en el velero Norton (según el Padre
Überlinger, éste era un viejo buque de guano). Se celebró el matrimonio
de 23 parejas – casi todas tirolesas que no habían conseguido permiso
para casarse en su país. En alta mar murieron 2 adultos y seis niños, y
hubo tres alumbramientos. En aquel tiempo no existía todavía el Canal de
Panamá, por eso el viaje duró 110 días por el Cabo de Hornos.
A su llegada al Callao el 27-7-1857, los
viajeros fueron puestos en cuarentena breve en la Isla de San Lorenzo;
luego el viaje continuó hasta Huacho, un pequeño puerto, donde
desembarcaron. La capital Lima no se tocó porque se temía que otras
personas los contrataran. Cuando consiguieron 270 mulas los inmigrantes
iniciaron el viaje en dirección de los Andes. Muchos bellos baúles
tuvieron que quedarse por el camino porque las mulas no podian
transportarlos.
Se dirigieron a Cerro de Pasco vía Chiu Chin pasando cerca de la mina Raura. Una vez llegados se dieron cuenta que no existía la ayuda financiera prometida. De esta manera con la demora surgieron accidentes, enfermedades y dificultades en conseguir provisiones para el mantenimiento, que diezmaron el grupo de inmigrantes. Hubo muchos que dejaron el grupo, aceptando ofertas de trabajo de los hacendados o granjeros ya establecidos en la región o volvieron a Lima.
De los 300 inmigrantes al Valle prometido llegaron sólo 156, entre ellos 3 bebés el 26-6-1859. El padre Überlinger se había quedado en Cerro de Pasco. En el mismo año, pocas semanas antes, murió el científico Alexander von Humboldt, cuya historia está vinculada íntimamente con la Historia del Perú.
En el año 1712 los padres franciscanos de
Ocopa encontraron Pozuzo y sus alrededores donde vivieron algunos indios
amueshas.
El río Negro fue fijado como límite entre los inmigrantes tiroleses y los de Renania. Hasta hoy se llama Prusia la región que queda río arriba. Allí construyeron casas provisorias y sembraron maíz. Los primeros años fueron muy difíciles para que pudieran arreglarse con la naturaleza desconocida para ellos.
Desde su llegada al Perú necesitaron exactamente 2 años para llegar al Valle. Sembraron yuca (mandioca) que rinde 4 veces más que la papa y es indispensable para la alimentación en esta zona. Más tarde sembraron arroz y plátanos. Las aves que habían llevado se multiplicaron muy rápido, sólo había que protegerlos bien de los depredadores.
En los primeros años la caza fue muy buena: venados, tapires, sajinos y roedores muy sabrosos. El pan de todos los días de los inmigrantes consistía en hacerlos de harina de arroz mezclada con huevo.
Como recipiente utilizaron la calabaza, una especie de zapallo con cáscara muy dura. Sus pipas las hicieron de una fruta y les llamaron cachimba. Las frutas que cultivaron fueron: la piña en octubre, el mango en diciembre, la palta (abocado) en los meses de abril y mayo, además de limones y naranjas.
El fértil Valle les dió cosechas dos veces al año. ….
Extracto del libro «Pozuzo» de Fred Allert
Embajador de Suiza en Oxapampa
Aniversario
llegada al Callao
El himno nacional
La fundación de Oxapampa
Pozuzo a través de su
historia
Pozuzo – fascinante
inmigración
Pozuzo: rincón
de los alpes
Tierra prometida del Pozuzo
Ayuda humanitaria y para el desarrollo
Inmigrantes de habla alemana en el Perú
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